Si solamente tuviese que quedarme con una cosa de las aprendidas durante toda mi vida laboral, es que hay que tener muy claro el propósito de cada diseño. Considero fundamental conocer perfectamente el comportamiento del usuario, qué espera del producto, cuánto está dispuesto a pagar por él, qué puedo ofrecer que no pueda la competencia etc. para dedicar los esfuerzos y tiempo en los temas clave.

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En las siguientes imágenes enseño diseños que he decidido ir haciendo adaptándome al presupuesto (recortándolo diseñando personalmente moldes, piezas, simulaciones etc. en vez del proveedor) para poder ofrecer un producto más completo a un precio más competitivo.