En el verano de 2017 cayó en mis manos una Ducati Monster 750. Llevaba parada muchísimo tiempo, se conocía que en 2007 le habían cambiado el carburador en un taller ya que el original parecía estar irrecuperable. Pero la moto no iba bien. Un año más tarde se llevó a otro taller, pero no encontraron la solución.

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La Ducati estuvo hasta 2016 aparcada en un garaje, cuando a principios de año se llevó a otro taller. Ahí estuvo más de un año, sin noticias de ella. 

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Cuando me enteré del caso, me descargué los manuales de taller y de usuario y empecé a estudiar su mecánica. Dos meses más tarde, empecé a contactar con el dueño, personas que habían utilizado la moto y talleres para saber cuáles eran los síntomas.

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A mi parecer, todos ellos apuntaban a que era un problema de carburación, que encajaba perfectamente con la historia de la moto. A sí que cuando me vi capacitado, volví a contactar con el dueño y le comuniqué mis intenciones.

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Éste inmediatamente contactó con el taller en el que se encontraba la moto, la pidió de vuelta y me la trajo. Empecé por desmontarla para llegar a los carburadores, tarea muy difícil y tediosa debido a la geometría de su motor. 

Cuando finalmente llegué hasta ellos, me los llevé a casa y empecé a desmontarlos. Mi sorpresa fué que, según lo que había estudiado, muy pocas piezas del mismo eran las que correspondían.

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Realicé un pedido a Ducati de piezas originales correspondientes y se sustituyeron. Una vez cambiadas, se procedió a ajustarlo manualmente con un pié de rey, dejándo los dos cuerpos lo más simétricos posibles.

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Después se procedió a montar de nuevo la moto y, mientras tanto, fabriqué un sincronizador de cuerpos mediante dos vasos comunicantes de presión para terminar de ajustar los carburadores en la moto. Su funcionamiento se puede comprobar en el GIF del final de la página.

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Todo este trabajo se realizó en aproximadamente mes y medio. Una vez quedó ajustada a la perfección, se entregó a su propietario, que posa con ella al final de la página.